Varios representantes del mundo del periodismo y de la cultura han redactado un manifiesto en el que critican la presencia en los medios de comunicación de descalificaciones como «marica de mierda», «puto subnormal» o «chúpame la mantequilla del culo», entre otras. El escrito aprovecha también para defender un periodismo «socialmente comprometido» refiriéndose, especialmente, a esos reportajes que de vez en cuando salen en El País de niños que pasan hambre fotografiados con montañas al fondo, personas con enfermedades rarísimas, mujeres luchadoras mirando fijamente a la cámara, etcétera.
En la presentación del manifiesto, celebrada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, Pilar Bardem y otro viejo que se encontraba a su lado lamentaron que «sólo se hable de famosos que promocionan cosas y se ignoren voces anónimas que tienen mucho que decir». El acto terminó con el rechazo unánime de la frivolidad mediática y luego se sirvieron bandejas llenas de canapés de caviar, volovanes de foie con huevos de codorniz y barra libre de Enate Chardonnay.
«Las prisas de los periodistas hacen que se ofrezcan testimonios sesgados o incompletos, así como declaraciones fragmentadas como por ejemplo la de la víctima de guerra de (…) Irak en la que (…) prostitución en lugares que (…) no sé si me entiendes», declaró Ana Belén leyendo sus notas apuntadas en una libreta Moleskine. También Forges aludió a la poca profundización de los medios generalistas y pidió a los presentes «que no se olviden de Tahití».
Hubo también duras reprimendas a la información partidista que se muestra demasiado benevolente con determinadas formaciones políticas como el Partido Popular o los «megacracks» del PSOE. Sin embargo, la nota más emotiva vino de la mano de Cayetana Guillén Cuervo cuando aseguró, con los puños apretados, que «lo de Japón ha sido terrible», constatación que el actor Willy Toledo no pudo más que apoyar añadiendo «Sí, es verdad que ha sido terrible».